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Escena 1

Roxy Deville y Tobi Pacific empiezan dándose placer mutuamente, chupándose las tetas y metiéndose los dedos en el coño. Pero se convierten en zorras ninfómanas en cuanto esta polla entra en la habitación. La chupan y la cabalgan, y Tobi se tumba para dejar que Roxy se corra en su garganta.

Escena 2

Adriana Deville no podía apartar los labios de los duros pezones de Naudia Marie. Los lamió y chupó hasta que se pusieron duros como piedras. Pronto John se puso a repartir carne a cada una de las chicas en el coño y el culo, y luego regó la boca de Adriana con su húmedo semen.

Escena 3

Chelsie Rae se inclina y apunta, goteando pringue en la boca de Ariel Alexus y en su garganta. Estas dos chicas se emplearon a fondo para complacer a esta marioneta de carne. Lo cabalgaron con fuerza y prodigaron todos sus trucos de mamada para que expulsara una cantidad impresionante de lefa.

Escena 4

Jocelyn Jayden y Lacey Love se lamen los pechos antes de pasar a la polla mágica. Nuestra marioneta de carne bombea el coño de cada chica con su pene de pistón, haciendo que cada una se ponga rosa de orgasmo, antes de depositar su carga en la boca de Lacey.

Escena 5

Carmel y Paulina James comparten polla y forman un buen sándwich de salchichas y albóndigas con este afortunado semental. Estuvo duro como una roca todo el tiempo y consiguió echar un buen polvo duro a cada chica, metiéndose hasta las pelotas y eyaculando un cubo lleno de semen.

Bonificación Escena 1

Si alguna vez has estado entre bastidores y te has preguntado por qué las chicas están siempre de tan buen humor, es porque saben que se las va a follar un semental porno profesional que sabe cómo complacer a una mujer. Acompáñanos mientras vemos a estas chicas calientes antes y después de follar.

Bonificación Escena 2

Presley Maddox se arrodilla ante nosotros y nos pregunta qué queremos que nos haga. Le decimos que nos chupe la polla y nos dé el tratamiento real. Ella lo hace obedientemente, gimiendo de placer mientras nos acaricia la polla y se la traga todo lo que puede hasta que descargamos una gran corrida sobre su lengua húmeda y caliente.