No hay veredicto en esta sala de justicia, ¡así que se desata el caos sexual! El juez es incapaz de mantener las cosas bajo su mazo. Probablemente porque él tampoco puede resistirse a participar en la acción de la orgía. Y si tuvieras unas zorras porno tan sexys en tu tribunal, ¡tú tampoco podrías resistirte! Mira cómo los abogados, los jueces, el jurado, los acusados y los testigos se dejan comer el coño, arar y meter el puño. Desprecian por completo las leyes de la moralidad pública, ¡ya que reciben lo que se merecen en esta orgiástica sala de vistas!