Ninguno de estos ángeles tiene alas y, después de ver lo que hacen en esta fiesta en la piscina, puedes apostar a que nunca las tendrán, pero es divertido verlas retozar en el agua antes de sacar sus juguetes sexuales y metérselos por cualquier agujero que encuentren, además de los suyos propios, para disfrutar de una masturbación excitante.