No hay nada más confuso para el cerebro humano que el hecho de que el ojo envíe señales de una chica guapa, que tiene un par de tetas gigantes, que lleva un arnés y que está metiendo el consolador en el culo de un hombre por detrás. Así que míralo bajo tu propia responsabilidad. Es salvaje, confuso, controvertido y, sobre todo, ¡delirante!