sluts of beverly hills

Escena 1

Cuando la rubia de la finca quiera que la sirvas, no te llevará a su dormitorio. Querrá que la agarres y te pongas a follar directamente en el sofá del salón. Dale duro y largo si no quieres decepcionarla.

Escena 2

El hecho de que su marido la vista con ropa interior elaborada no significa que no esté dispuesta a quitársela cuando os pongáis en marcha. No querrás estropear sus preciosas bragas, así que asegúrate de quitárselas del culo antes de empezar a darle duro.

Escena 3

Ha heredado una fortuna; de lo contrario, sería como cualquier otra sucia puta callejera. La gran diferencia en su vida es que puede chupársela a dos desconocidos en un coche de lujo en lugar de chupársela en una fría esquina de la calle en invierno.

Escena 4

Algunas mujeres blancas, por muy ricas que sean, no pueden quitarse la puta de encima. Esta zorra chupapollas pelirroja podría salir todas las noches a elegantes cócteles, pero en lugar de eso está en casa haciendo de chupapollas de uno de sus muchos sirvientes.

Escena 5

Las casas de Beverly Hills son todas preciosas. ¿Qué hace que un hombre decida comprar una en lugar de otra? La agente inmobiliaria, por supuesto. Esta agente conoce todos los trucos de su oficio y se apresura a responder a cualquiera de sus preguntas con su coño empapado. ¡Veo venir una venta!

Escena 6

Su familia hizo su dinero en otro país y emigró aquí para disfrutar de su riqueza, donde pueden tener todos los lujos en la punta de los dedos. Poco sabían que ella pensaría que el mayor lujo de la vida era la polla dura de un desconocido.

Escena 7

Lleva años robándole miles de dólares de su mansión cada semana. Ella nunca se queja porque le encanta cómo se la folla. Él utiliza el dinero para conseguir que otras mujeres tengan mejor sexo con él y le echa un polvo de vez en cuando para mantenerla callada. Es una relación en la que todos ganan.