Estos hombres están encantados de demostrar su técnica para poner a sus esposas en plena forma sumisa. El estilo de cada hombre es diferente, pero todos demuestran ser eficaces a la hora de entrenar a sus compañeras para que sean las traviesas esclavas sexuales que son por naturaleza. Sin duda, el matrimonio requiere mucho trabajo, pero estas zorras están encantadas de hacerlo. Hay que entrenarlas mucho para convertirlas en obedientes juguetitos sexuales.