Los matrimonios van y vienen y se crean madrastras traviesas. Y cuando decimos traviesas, ¡queremos decir traviesas! Siempre están dispuestas a prestar oídos y a escuchar los problemas de sus hijastras, pero también a hacer que se sientan mejor de cualquier forma posible, ¡incluso si eso significa un poco de diversión lésbica!