Cuando estás listo para un poco de diversión anal, lo último que quieres es una de esas zorras a las que les gusta hacerte perder un montón de tu valioso tiempo. Este juguete sexual no quiere que la lleves a cenar o a ver una película. No busca besos largos y aburridos ni cumplidos. Te está dando por el culo y lo único que te pide a cambio es que se lo folles hasta que se quede tan entumecida que no pueda sentir las piernas.