Ha sido muy amable por tu parte meterle el dedo a Phoenix y darle un pequeño motivo para excitarse... ¡así que ahora le toca a ella darte placer! Te ha quitado los pantalones y tiene tu polla en la boca, poniéndose dura. Mientras Phoenix te mira a los ojos, se mete tu carne hasta el fondo de la garganta, con la mandíbula bien abierta. Te chupa y te suelta, girando alrededor de la punta de tu cabeza, ¡esperando a que te corras!