Bailey se enfrentó a dos policías antivicio para mantenerlos alejados del caso de su chulo, y trabajó esas grandes pollas, yendo y viniendo entre los dos. Los dos tíos le hicieron equipo y se aseguraron de que todos sus agujeros estuvieran llenos de su carne. Ella abrió mucho la boca para recibir los grandes chorros de crema caliente de esos tipos.