Si te desanima la idea de tener que usar un motor americano, prueba este pequeño modelo japonés. Claro que se mueve como un típico quemador de arroz, en lugar de darte ese gruñido gutural que te daría un coche con un motor más grande, pero ¡mira todo el espacio que tiene en el maletero! Sus tetas también son estupendas, así que no hay nada que adorar de esta asiática hambrienta de semen.