Un día oímos a Jessica Darlin hablar mal de los negros y decidimos sorprenderla emparejándola con un negro en su siguiente escena. La idea era que la embistiera con fuerza y la hiciera suplicar clemencia como una especie de penitencia. Resulta que sólo estaba bromeando y que le encanta sentir pollas negras rellenando sus agujeros.