Si no has follado antes en la playa, recuerda estos dos hechos importantes. Uno, es condenadamente sexy tener la polla dentro de una chica mientras escuchas el rumor de las olas detrás de ella. Segundo, necesitas una manta debajo de los dos si no quieres que cada empujón de tus caderas se convierta en un chorro de arena en el interior de su caja.