Los hombres de México son grandes boxeadores, sus hijas heredan su resistencia y su capacidad para soportar el dolor, pero no pueden llegar a ser boxeadoras. Lo mejor que pueden hacer es agacharse y dejar que su hombre utilice su culo como saco de velocidad. Ella nunca será Rocky Balboa, pero su culo puede ser como el trozo de carne con el que él practicaba a menudo.