Los estadounidenses siempre han sentido fascinación y respeto por los más valientes de América, los bomberos que nos mantienen a salvo. Hace falta un tipo especial de persona para estar dispuesta a correr hacia un edificio en llamas, y aquí tenemos a un tipo especial de chica para rendir homenaje a todos ellos bebiendo de la manguera de incendios de los pantalones de su hombre.