A Katrina Kraven siempre le han gustado los negros, incluso cuando era una puta jovencita les robaba el coche a sus amigas para poder ir a la parte sórdida de la ciudad a buscar algo de carne oscura para metérsela por el coño. Ahora que ha crecido un poco, lo único que ha cambiado es que ahora puede hacer que los homeboys vayan a su casa.