La Srta. Kitty está atrapada en un ascensor anticuado y el matón que la acompaña se está poniendo cachondo. En cuestión de minutos, tiene a la Srta. Kitty aullando de placer, cabalgándole en vaquera invertida y chupando su enorme carne. Está arrodillada en el frío suelo de cemento, con este extraño tatuado metiéndole las pelotas hasta el fondo de su húmedo coño. Pero cuidado, ¡le espera una salpicadura en la cara a la Srta. Kitty!