Dolly Princess está orgullosa de ser militar con sólo dieciocho años, y se asegura de que todo el mundo lo sepa. Hay un sargento calvo al que le gusta hacer de las suyas con ella en el gimnasio una vez que todos los hombres han empezado su footing matutino, y su día empieza con una mamada. Luego le mete la cara en el coño y le deja que la huela bien.