Missy Gold tiene el par de tetas más grandes que jamás haya visto esta universitaria. No hay forma de que pase otra noche sin echar un polvo. Todos los demás chicos de la fraternidad se la han tirado, así que le dicen adónde ir, y ella está allí esperando con una sonrisa en la cara tal y como dijeron que estaría. No todos los días recibe una visita, así que no puede entrar en la habitación sin sacar los pechos y chupársela.