A Kayla James siempre le ha gustado chupar pollas, y ahora experimenta con sus mamadas viendo cuánto tiempo puede provocar a un hombre antes de que finalmente le reviente la polla en la cara, en la garganta o justo en las tetas. Frotar el semen la hace sentir como una diosa, y este tío se asombra de lo bien que es capaz de entretener su polla sin ni siquiera posar su coño sobre ella.