Gava no podía creer su suerte cuando este semental de veinte años se mudó a su casa de al lado. Claro que Gava es mayor, pero aún le encanta pillar pollas cuando puede. Todo lo que tuvo que hacer fue dejar las persianas abiertas y jugar con sus tetas, ¡y muy pronto este tío estaba en su puerta dispuesto a llenarle ese húmedo agujero!