Romy sabe que su hombre ha pasado página, pero siempre fue tan adicta a su polla que por qué no intentarlo una última vez. Se reencuentran como si nunca hubieran perdido el ritmo y, aunque técnicamente es un engaño, ¡follan y hacen el amor como los rockstars en la cama que eran! ¡Le echa tanto de menos el coño que se queda dentro y se corre!