Jennifer White tuvo problemas con sus padres por ser la puta del pueblo. Se corrió la voz de que se follaba a tíos por todo el barrio, así que la castigaron y le dijeron que nada de hombres. Bueno, Jennifer tiene una mente propia y en cuanto los dos se van a trabajar, llama a uno de sus follamigos y se lo folla en el sofá. ¡Nadie le va a decir lo que tiene que hacer!