A Megan Winters le encanta que su masajista la haga ducharse y relajarse antes de su masaje. Le da la oportunidad de refrescarse el coño para que él pueda follárselo hasta correrse en su camilla. Para Megan, no se trata de hacer trampas, sino de recibir un masaje realmente bueno, profundo y minucioso en el coño, ¡no de su marido!