Martina admite plenamente que es una ninfómana. Le encantan las pollas y el hecho de que se esté haciendo mayor no significa que vaya a domar sus costumbres. Martina sigue disfrutando saliendo y volviendo a casa con un tío cualquiera que va a follársela por diversión. A este tío le gustó tanto su coño que se lo creampó.