A Sonya le gusta la lencería guarra que la hace parecer virginal. Le encantan los camisones blancos y con volantes, como los que se pondría una novia en su noche de bodas para que la desfloraran. El caso es que Sonya no es virgen y le encanta un buen camisón por el fácil acceso que da a sus amantes a su agujero caliente y húmedo.