Stephanie siempre se despierta cachonda, pero desde que tiene en sus manos ese nuevo consolador azul, por fin puede correrse antes de que empiece el día. Enjabonarse en la ducha antes de desayunar solía terminar secándose con su albornoz, pero ahora puede meterse en la cama y obtener satisfacción, introduciendo su juguete cada vez más profundamente en su vagina hambrienta.